En esta colección busco explorar la paradójica naturaleza de la individualidad en el mundo de hoy. A través de una serie de looks de moda masculina, presento a un arquetipo que todos conocemos: el individuo que anhela ser visto, que desesperadamente quiere destacar entre la multitud. Sin embargo, su deseo se convierte en su propia trampa.
Cada pieza de esta colección refleja la frustración de este individuo. Él se esfuerza por sobresalir a través de su vestimenta, invirtiendo en prendas que considera únicas y llamativas. Sin embargo, en su búsqueda por la originalidad, termina cayendo en el mismo patrón que sus semejantes. Su audacia, irónicamente, se convierte en un uniforme compartido.
El resultado de buscar la singularidad de la misma manera es un mar de imitaciones. La moda, en lugar de ser un medio de expresión personal, se transforma en un código de vestimenta uniforme donde todos siguen los mismos pasos.
Al final, mi colección plantea una pregunta crucial: si todos vestimos para impresionar, pero lo hacemos de la misma forma, ¿a quién estamos impresionando realmente? La respuesta es, tristemente, a nadie. Ni a la multitud que intentamos superar, ni a nosotros mismos. El deseo de destacar, cuando se convierte en un acto de mimetismo, nos deja vacíos.
En esta colección busco darle una nueva vida a los materiales que definen la moda masculina. He optado por un enfoque audaz, fusionando la tradición con la innovación en patronaje para crear looks que son a la vez familiares y completamente nuevos.
En esta colección, uno de los protagonistas es el popelín de algodón, un tejido clásico de la camisería de hombre, al que he dado una vuelta inesperada a través del uso de patronaje alternativo. También he explorado la riqueza de los tejidos con estampado de cuadros y texturas rugosas, que rinden homenaje a los tartanes tradicionales, pero con un toque contemporáneo.
Uno de los pilares de la colección es el denim japonés. Este material, reconocido por su densidad y durabilidad, se presenta aquí con un giro sorprendente, llevando estampados clásicos como la raya diplomática y otro de gran parecido al estampado de pata de gallo.
Mi objetivo es demostrar que la distinción debe ir ligada al uso de materiales clásicos, pero se deben destacar las siluetas individuales. Trabajar con estos materiales atemporales y darles nuevas formas, esta colección ofrece una visión fresca de la sastrería masculina, mostrando que lo clásico puede ser, y debe ser, innovador.
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